Este Mensaje Estuvo Cargado de Amor, Fe y Esperanza Por Un Mejor Futuro.
El Vaticano. (Cinei)-El Papa Francisco se dirigió a los fieles de la ciudad de Roma y del mundo con el mensaje pascual previo a la Bendición “Urbi et Orbi” que impartió desde el interior de la Basílica Vaticana, el domingo de resurrección. En su mensaje, el Santo Padre señaló; “hoy pienso en los que han sido afectados por el coronavirus: los enfermos, los que han fallecido y en las familias que lloran por la muerte de sus seres queridos, que en algunos casos ni siquiera pudieron darles el último adiós”. También el Pontífice pidió a Cristo resucitado “Que ilumine a los líderes que tienen responsabilidades en los conflictos bélicos, para que tengan la valentía de adherir al llamamiento por un alto al fuego global de inmediato en todos los rincones del mundo.
Queridos hermanos y hermanas: ¡Felices Pascuas! Hoy resuena en todo el mundo, el anuncio de la Iglesia: “Jesucristo ha resucitado! Esta Buena Noticia se ha encendido, como una llama nueva en un mundo que enfrenta desafíos cruciales y que ahora se encuentra abrumado por la pandemia, que somete a nuestra gran familia humana a una dura prueba. La resurrección es otro “contagio”, que se transmite de corazón a corazón, porque todo corazón humano espera esta buena noticia. Es el nuevo contagio del amor, la fe y la esperanza, No se trata de una fórmula mágica que hace desaparecer los problemas. No, la resurrección de Cristo, no es eso, sino la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no “pasa por encima” del sufrimiento y la muerte, sino que los traspasa, abriendo un camino en el abismo, transformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios.
El Resucitado no es otro, que el Crucificado. Lleva en su cuerpo glorioso las llagas indelebles, heridas que se convierten en las lumbreras de fe y esperanza. A Cristo, debemos dirigir nuestras miradas, para que sane las heridas de la humanidad desolada. Con estas maravillosas reflexiones y palabras de amor, fe y esperanza por un mejor futuro, donde encontraremos los caminos de la salvación eterna, guiados por la mano de Jesús, quien siempre está presente, triunfando en nuestros corazones y en nuestras vidas. Por último el santo padre y pastor universal de la iglesia católica, nos impartió la sagrada bendición. Amén.
Revista El Imperio de la Paz
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